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Tuesday, September 1, 2009

12 Indicativos de que estás en un Banco. En PR.


En Puerto Rico todo tiene su pendejá. Y los bancos no son la excepción. Veamos:


1. Comencemos señalando la ineficiencia de nuestros autobancos. ¡Esas pendejaces son lentas con cojones! Quizá (la lentitud) se debe a que independientemente de cuántos cajeros haya en la sucursal, solo hay uno designado para atender el autobanco. Y ese cabrón tiene que alternar entre atender clientes peatonales y clientes automovilísticos. ¡Como una puñetera machina, puñeta! Desde hace más de un año, aprendí que si vas a un banco y tienes prisa; no uses el autobanco ni pal’carajo. Una vez te metas en ese “micro tapón” y venga otro carro detrás del tuyo; estas jodío y sin escapatoria. Irónico, ya que el autobanco existe meramente para que la gente que tenga prisa, puedan ir al banco sin bajarse del carro. FAIL.

2. Cuando finalizas un depósito, el cajero tiene que poncharte un sello en la hoja de depósito. ¿Lo hacen con sutileza? ¡Bicho es! A ese ponche le van a meter mollero e ímpetu. Le van a dar duro con cojones. Y son tres ponches corriditos. Primero le someten a la hoja original. Después vienen los azotes a las dos copias de carbón. Te va a asombrar el hecho de que la mesa no este rota. Puntos extra si el acto (de ponchar) se hace sobre superficie de cristal.

3. El pendejo que está primero en la fila no presta atención. Mientras tanto hay una cajera fajá gritando "siguiente". La segunda persona en la fila le avisa al primera que lo están llamando. El despistado le da las gracias a la segunda persona y entonces camina hacia su cajera. La segunda persona se convierte en la primera. La ahora primera (persona) prosigue por leer algo o jugar con su celular para jugar un buen papel de "¿donde rayos estoy / qué hago aquí?" Al minuto alguna cajera le grita "siguiente" y no se percata. La persona detrás tiene que intervenir. Esto es un ciclo interminable.

4. Supongamos que hay cuatro cajeras. Una es hermosa. Dos de las otras cajeras son lindas pero no se comparan con “La Hermosa”. La cuarta cajera es un homosexual eficiente con cojones y super rápido con el teclado. Quieres que te atienda “La Hermosa”. Tratas de posicionarte estratégicamente en la fila para que la hermosa te atienda. Te toca el tipo. La hermosa ni se enteró que tú existes. FAIL.

5. La gente se empeña en llenar las hojas de depósito cuando ya están alfrente de su cajera. No entiendo. ¡Estuviste comiendo mierda por 25 minutos en la fila! ¡Huelebicho!

6. Los obreros, el día que cobran, suelen ir al banco justo después de trabajar. Todos juntos, vacilando en la fila y todo. Eso está cool. Pero tienen un comportamiento curioso. Todos van juntos al mismo cajero. En vez de cada uno esperar su turno individual. Eso tripea un poco porque crea una ilusión de que la fila de momento se adelantó bien cabrón. "Mejma mieLda."

7. Es imposible encontrar un bolígrafo para llenar alguna hoja. Vemos cadenitas huérfanas guindando en el área donde están las hojas de depósito/retiro. Parece que la gente se los roba o algo. No sé. Si da la casualidad que sí te topes con un bolígrafo, éste no va a tener tinta. No se roban los bolígrafos que no escriben. FAIL.

8. A fin de mes, no vas a encontrar marbetes en ninguna sucursal. Claro, te enterarás de la falta de marbetes después de hacer la fila. Ningún cabrón empleado se encarga de poner un puto letrerito que diga “no tenemos marbetes”, puñeta.

9. Yo no sé como es la pirámide de importancia en un banco pero, he notado una diferencia entre el comportamiento de los cajeros vs. el de los empleados que tienen sus oficinitas escritorísticas. Los empleados que tienen escritorios caminan con fronte. "Mírame, tengo un escritorio y encima de mi escritorio hay un letrerito. Con mi nombre." Eso es triunfar. FAIL.

10. En el counter de los cajeros podrás encontrar flyers anunciando los próximos eventos de reguetón en la isla. Tremendo.

11. Tu cajera se está devorando un muffin mientras te atiende. El muffin se ve súper rico y te dan ganas de comerte uno también. Le preguntas ¿de donde salió ese muffin? Ella, como tiene la boca llena, no puede hablar. Señala a otra cabrona empleada en la sucursal. Piensas que esa persona tiene la contestación. Vas a donde la otra cabrona. Ella conoce el origen del muffin. Le preguntas (a la cabrona) acerca los muffins. Te enteras que los vende. Le compras un saquito de muffins por $3. Los muffins saben a mierda. No te sorprendes.

12. Cuando te atrasas en algún pago. Alguna pendeja te va a llamar con una voz tan agradable que te te causa náuseas. “Si, buenas, con Nerdote porfavor ....”. “Él habla” contesto, ya sé que lo que viene por ahí es una putería encojoná. “Caballero, lo estoy llamando referente a su tarjeta, la tiene sobregirada”. Me indigno bien cabrón: “cállate so cantue’ puta” click*.