
Cagar después de comer pollo es un peligro.
Yo nunca me limpio bien las manos después de comer pollo. En vez de usar servilletas, prefiero chuparme los dedos una vez haya terminado. Estos tienen carne blanca, pellejo y grasita, ¿pa' qué carajo voy a desperdiciar toda esa comida?
Pues los otros días, estaba en un famoso lugar de pollo en Santurce. Antes de poder terminar mi medio pollo, me entraron unos retortijones super intensos. De que: "nerdo, tu culo está apunto de estallar, una bomba de caca está apunto de manifestarse, localiza un inodoro y brega con esta situación AHORA".
Así mismo me levanté de la mesa y corrí hacia el baño.
Para mi era sumamente importante no contaminar el pollo que estaba en mis manos. Esa pendejá no se iba a desperdiciar. Abrir la puerta fue un obstáculo que conquisté en un segundo. Utilizando mis codos y antebrazos, logré darle vueltas a la percha (de la puerta) y entrar al baño. Me debo de haber visto medio pescabicho pero que se chabe. Por suerte, el baño era como de casa, un inodoro, un lavamanos y ya. Nada de cubículos y bastante privado. Cerré, me bajé los pantalones (con la parte inferior de mis palmas) y pegué a escuchar el pedregal de mojones impactar el agua.
Plop, splash. Plop, splash. . .
'Ñeta qué rico.
Como a los 3 minutos, ya había terminado. Olvídate aquello fue una cagada triunfosa. Preparé el típico rectángulo de papel (de inodoro), con varias capas y lo introduje entre mis nalgas.
Una vez lo retiré, pude observar que todavía quedaba una saludable cantidad de caca en las afueras del culo mío. Necesitaría pasar un retoque. Yo no sé como ustedes hacen, pero yo cojo el rectángulo de papel, y lo doblo para que el crayolaso de caca se quede en sus interiores. La idea es exponer un lado limpio del papel para poder nuevamente pasar el papel entre mis nalgas. Es entonces cuando todo se dañó pal carajo . . .
Dado a que tenía pollo y grasita en mis dedos, al tratar de maniobrar el papel para doblarlo, el hijueputa pegó a romperse. La grasita y comida, habían creado un tipo de pegatina natural en mis dedos, y al tratar de despegar mis dedos de el papel para hacer el truquito ese de doblar pa' volver a limpiar, pego a hacerse añicos el cabrón.
Cada dedo estaba a cargo de una pequeña zona de desastre en el papel. Si no me hubiese paniqueado, quizá el cagaero no tenía que llegar al nivel que llegó.
Pensando hacia atrás, yo debí de haberme tranquilizado. Si hubiese logrado mantener mi compostura, colocaba el papel en el lavamanos, y con mucha calma, utilizaría la otra mano para desprender los trozitos de papel de mis dedos, minimizando así la zona de desastre.
Pero ajá, eso no fue lo que sucedió. A medida de que me percaté de que mis dedos pegajosos estaban despedazando el papel de inodoro, mis instintos me dijeron: "jala por ahí pa' bajo que eso se despega con un buen jalón, lambebicho". Eso mismo hice: jalar con ímpetu. El resultado de este comportamiento fue deshacer todo el rectángulo de papel y convertirlo en 4 tiras individuales guindando de mis dedos (el meñique permanece limpio cuando como pollo).
Yo parecía un Spider Man cualquiera, con telarañas emanando de mis dedos. Telarañas pero con caca en ellas en vez de ajá, material de telarañas, era papel de inodoro lo que guindaba. Anyways. Como eran bastante largas, mis telarañas cagás estaban barriendo el piso.
No podía tocarlas con la otra mano porque planeaba comer pollo todavía, y exacto, ¿quién carajo va a comer pollo con manos que han tocado caca? Opté por introducir las tiritas en el inodoro y jalar la cadena. A ver si eso lograba desprender mis telarañas. Y eso hice: metí las tiritas en el agua con caca y con fuerza, halé la cadena. Aquel inodoro sacó un flush de aeropuerto. Su alboroto y el efecto de succión, logró chuparse to' el papel pal' carajo. Con la excepción de las puntitas de mis dedos. Ahí quedaba un poquito de papel. Como el caparazón de una tortuga, pero una costrita de papel caramelizado en las puntas de mis dedos. También quedaban residuos de comida y grasita.
Salí del baño y terminé de jampearme ese pollo. Estaba riquísimo. Quizá un poco frío pero que se joda, ¡sabía brutal! De que dejé los huesitos limpiecitos. Mientras me chupaba los dedos de la mano derecha, que tenía cantitos de papel, además de deliciosa comidita y grasita, me percaté de algo muy importante.
¡Nunca llegué a limpiarme bien el culo! Allá abajo quedaba caca todavía.
Me levanté de la mesa y, con mucha calma, caminé hacia el baño. Caminé como todo un vaquero cangrejil. To' espatarrau'. Todo con el fin de no terminar con caca espachurrá entre mis nalgas. Esa pendejá lo que da es rash.
Pues cuando llegué al baño y me pasé el papel. El culo mío estaba impecable. Como los huesitos del pollo. La caca había desaparecido. La verdá es que no tengo explicación, fue todo un triunfo.
Pollo. Cagar. Pollo. Limpiarme. Limpieza.
By the way, la comidita mezclá con grasita y papel no sabe tan mala na'.