4 Cosas que NO deberían Fascinarme

"Este mundo está jodío pal carajo." Eso fue una promesa que el Diablo le hizo a Papá Noel pa' la época de los Beatles. Dicho criquero puede apreciarse en el contraste que hay entre las cosas que nos gustan; las que no nos gustan; y las que nos gustan pero mantenemos en secreto.

Algunas deberían ser delitos y pal' carajo con to'. A lo que quiero llegar es que todos tenemos algún fetish con algo que la sociedad repudia. El resultado de este repudio, es que terminamos disfrutando de estos fetiches en privado. Además de que no tenemos tan siquiera la oportunidad de compartir con otros colegas que tengan los mismos intereses.

Hoy me enfrento a la sociedad y comparto contigo par de cosas que me fascinan, pero en público actúo como si fueran algo nasty y desagradable.

1. El algodón es algo universalmente agradable. Eso sí, pocas cosas son más deliciosas que hallar algodón en mi cuerpo. Como por ejemplo; entre los dedos de los piés. Este fenómeno ocurre mayormente cuando utilizamos medias nuevas. Tesoritos y migajitas de algodón enrollau'. Son como pollos de marijuana para gente miniatura. Me encanta sacarlos de ahí y holerlos detenidamente. Quizá hasta colocarlos dentro de mi nariz un rato pa' que janguéen.

Otro lugar donde frecuentemente encuento tesoritos de algodón es en mi ombligo. Fenómeno atribuíble al uso de camisas de algodón. Estos pequeños amontonamientos de algodón se ponen perfectamente redondos. Su esférica superficie, se presta para enrrollarlos entre el dedo índice y el pulgar. Más yerba para la gente miniatura yeah! Disfruto su fuerte olor a mantequilla.

2. Lagañas. El hecho de que rima con "lasaña" no es una casualidad. Estamos hablando de algo super cabrón.

Los mocos tripean y, por consiguiente, las lagañas también.¡Qué placentero es sacarlas de mis ojos! Las bien grandotas tripean, porque es como sacarte un moco pero de tu fucking ojo. Ahora. Las chiquitas, en mi opinión, tripean más. Su microscópico tamaño triunfa ante su pegajosidad, su abilidad de quedarse eternamente mojadita, su olor y su asqueante textura. La pequeñez es precisamente la razón por la cual no puedes sencillamente agarrar la lagañita y fliquiarla pal' carajo. Tienes que rodarla con tu dedo hasta el área de la sien para entonces agarrarla y comértela o fliquiarla pal' carajo. La sien, dado a su sólida superficie se presta como la plataforma ideal para colocar una lagañita y poder manejarla más eficientemente. Las lagañassaben malas pero huelen ricas, como a pitipuá.

3. Uñas. Me encanta cortarme las de los piés y metermelas a la boca. La del dedo gordo es la más triunfosa de todas. Si se corta eficientemente, puede ser lo suficiente "maleable" como para poder hacer un nudo con ella en la boca. Una vez lo logré en una fiesta de mi tío, pero después nadie creía que lo había logrado. Aquel día casi peleo con otro nene pero me envolví sacando mugre con las llaves del carro de mami. Yo puedo me saco la mugre de mis uñas y la deposito enel litter de Chuqui, una gata que murió hace meses.

4. Sudor. ¿Que sobetearse las pelotas pa después huelerse las manos no es lo más ostioso del universo? Está hijueputa y te privaré de tu propia vida si dices lo contrario. So embustero.

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